El miércoles, 20 de diciembre, marca la fecha de la subasta del espectro 5G en Colombia, donde el Ministerio de las TIC adjudicará a los operadores de telecomunicaciones el uso del espectro para brindar servicios móviles en el país durante los próximos 20 años.

Este evento ha suscitado inquietudes sobre el futuro de las telecomunicaciones en Colombia, especialmente en lo que respecta a las redes 2G y 3G, utilizadas comúnmente por teléfonos más antiguos.

La tendencia hacia la desactivación de las redes 2G y 3G es un fenómeno global. Estas tecnologías, aunque aún satisfacen las necesidades de algunos usuarios, conllevan costos adicionales. Según el director de la Agencia Nacional del Espectro (ANE), este apagado no impactará significativamente el servicio debido a la migración masiva hacia las redes 4G.

Con la llegada del 5G, el cierre de las redes 2G y 3G se justifica por la eficiencia del espectro radioeléctrico, los altos costos de mantenimiento y el impacto ambiental. La ANE señala que al apagar estas redes se libera espacio en el espectro, permitiendo a la red 5G mejorar velocidad, capacidad y latencia.

En términos de costos, mantener las redes 2G y 3G es oneroso y requiere recursos que podrían destinarse a la implementación y mejora de la red 5G. Además, estas redes más antiguas generan gastos energéticos, contribuyendo al impacto ambiental negativo.

La normatividad colombiana respalda la Neutralidad Tecnológica, lo que significa que la decisión de cerrar ciertas tecnologías recae en los operadores, siempre que se respeten los derechos de los usuarios.

Según Fabián Herrera, director de la ANE, el informe de los operadores móviles al tercer trimestre de 2023 refleja una disminución de conexiones en tecnologías 2G y 3G, pero un aumento significativo en el uso de redes 4G. Aunque las tecnologías más antiguas disminuyen, los usuarios de celulares más antiguos aún podrán utilizar sus dispositivos en el corto y mediano plazo.